TIPS

Conocé los mejores Tips para cuidar de tus productos, sacarles el máximo potencial y disfrutarlos por más tiempo!

Tip 1

Como curar tus mates

Curar un mate es un paso esencial para prolongar su vida útil y mejorar el sabor de la yerba. El proceso depende del tipo de material del mate (calabaza, madera, o cerámica). Aquí te explicamos cómo curar tu mate de madera o calabaza:

Sigue estos pasos para curar tu mate:​
Llenar de yerba seca​
Agregar agua tibia, dejar reposar 24 horas​
Descarta la yerba y enjuaga el mate​
Raspar el mate: raspa suavemente con una cuchara para eliminar los restos
Repite el proceso​
Deja secar en un espacio seco y aireado​
Tip 2

¿Cómo limpiar la bombilla de tu mate?

Mantener limpia la bombilla es tan crucial como cualquier otro paso en la preparación de un buen mate. Una bombilla limpia te evitará esos molestos momentos cuando haces fuerza y… no sale el agua. A continuación, te damos algunos consejos para evitar este problema:

Consejos para evitar que tu bombilla se tape:​
Sacudí bien el mate antes de cebar:
Esto evitará que el polvo se quede acumulado en el fondo, permitiendo que suba hacia la parte superior de la yerba.​
Añadí un poco de agua tibia antes de comenzar a cebar:
Esperá unos minutos antes de empezar. Esto ayudará a que la yerba absorba mejor el agua y, además, evitará que se queme. Algunos creen que un mate bien hinchado tiene un sabor más suave.​
Vacía bien el mate cuando cambies la yerba:
De esta forma, evitarás que la yerba se quede compactada en el lugar donde va la bombilla. Incluso si no sueles lavar el mate con agua, esto es recomendable para eliminar los restos de yerba.
Evita bombillas con orificios demasiado pequeños:
Las bombillas con agujeros chicos necesitan destaparse con más frecuencia. Si tiene orificios más grandes, la yerba pasará más fácilmente.​
Tip 3

Como armar tu mate de forma perfecta

Para armar un mate con un sabor realmente placentero hace falta ser paciente y no apurar los procesos, a continuación te dejamos el paso a paso de cómo lograrlo.

Llenar un termo con agua caliente.
Para que la temperatura de tu mate esté en su punto justo, asegurate de que no esté ni tibia ni hirviendo. Lo aconsejable es que esté entre 70 y 80º C.​
Poner yerba en el mate y agitar.
La consigna es nuevamente estricta y requiere que el mate no zozobre de yerba ni tampoco que fafalte. A ojo (nada de medidores) llená hasta las tres cuartas partes del mate. Acto seguido, tapá con una mano la boca del mate, invertila y luego agítala un par de veces para quitarle el polvo. No te olvides después de soplar la palma de tu mano para no manchar lo primero que agarres.​
Recostar, formar un hueco y derramar agua tibia.
Ahora recostá la yerba sobre una de las paredes del mate para así formar un hueco en la pared opuesta y, luego, colocá agua tibia suavemente. Es fundamental que no hierva para no quemar la yerba y, por ende, perder su gusto.​
Introducir la bombilla.
Una recomendación práctica: tapá con un dedo el orificio superior de la bombilla y colocala en el hueco que antes generaste. El gran riesgo de este paso (y por lo que desaprobaríamos el examen) es que el mate quede tapado.
Cebar.
Ahora sí con la temperatura ideal antes mencionada, empezamos a cebar el mate. Se debe colocar poco agua por turno y siempre en el mismo lugar (al lado de la bombilla es la mejor alternativa). Importante: el cebador siempre es el mismo. Si alguien osa a tomar el termo y cebarse a sí mismo… merece la expulsión de la ronda.
Compartir un momento.
Comienza la ronda y es imprescindible respetar los turnos. Nada de saltear ni devolver favores ajenos al mate. Unos bizcochitos en el centro de la ronda y a disfrutar de una buena ronda de mates.
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